La Fundación CETMAR trabaja en un proyecto para transformar las algas en un abono ecológico que contribuya a la regeneración ambiental
Demostrar que el compostaje biológico de algas de arribazón es técnicamente viable a través de un proceso a escala industrial y económicamente sostenible es el objetivo general del proyecto Gestalgar. Se trata de una iniciativa financiada por el programa Conecta-Pyme y puesta en marcha por un consorcio integrado por las empresas Intacta Gestión Ambiental SL, Ecocelta Galicia SL y Demaux Manufacture SL, junto con el Centro Tecnológico del Mar y el Instituto Galego de Calidade Alimentaria (Ingacal).
Este proyecto, presentado hoy en una jornada en la sede de la Fundación CETMAR en Vigo, pretende demostrar que a través de la valorización de estos residuos que se acumulan en las costas gallegas se pueden desarrollar nuevos productos y servicios. La idea es dar respuesta a algunos de los principales problemas de regeneración ambiental a los que se enfrenta Galicia, como es la recuperación de las áreas incendiadas.
El impacto del proyecto se extenderá además a los sectores pesquero y turístico, ya que aportará soluciones para el tratamiento de estos residuos que se acumulan en las playas y aumentan la mortalidad en los bancos marisqueros. Para cumplir ese fin, los socios de Gestalgar desarrollarán hasta 2020 tres actividades fundamentales como el diseño, desarrollo, construcción y validación de un prototipo móvil de tratamiento de algas de arribazón para compostaje.
También está previsto diseñar y desarrollar soluciones de compostaje biológico de algas de alto valor añadido, específicas para aplicar en la regeneración de áreas afectadas por incendios, regeneración de taludes o tratamiento de aguas ácidas, así como sus correspondientes procesos de fabricación a escala industrial. El proyecto prevé además la demostración y validación en campo y a escala real de los productos elaborados y el desarrollo de los procedimientos estandarizados correspondientes.
Con todo esto se sentarán las bases para la creación de una cadena de valor desde un punto de vista empresarial, convirtiendo un residuo en un producto de valor con alta demanda y con un mercado potencial a nivel internacional, poniendo fin a la problemática de la acumulación de las algas de arribazón en las costas gallegas a través de una solución sostenible.
Además del Centro Tecnológico del Mar, en el proyecto participa otro organismo de investigación, el Instituto Galego de Calidade Alimentaria, dependiente de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda. El presupuesto de esta iniciativa ronda el millón de euros.